Oaxaca es una bella ciudad mexicana con un serio estilo internacional. Cuenta con una aclamada cocina, ciertas instituciones de bellas artes de clase mundial, la preservación de la tradición indígena y un bello paisaje resplandeciente.
No cabe duda que debes visitar este gran lugar en algún momento de tu vida.
Cocina de Oaxaca
El mole, el platillo insignia de la región, contiene una mezcla de al menos 40 ingredientes. Incluye una variedad rica y aromática de especias y, sobre todo, chocolate.
La cocina de Oaxaca es la primera en haber recibido el estatus de patrimonio cultural de la UNESCO. Un área de rica biodiversidad, la verdadera mezcla de culturas, tradiciones y ecología regional de Oaxaca se refleja en su comida.
Desde la costa del Pacífico hasta el desierto montañoso, la cocina oaxaqueña es a la vez sutil, estratificada, misteriosa y divina.
Las especialidades incluyen la tlayuda, tortillas gigantes hechas a mano rellenas de quesillo artesanal agrio y salado, chapulines salados y fritos con chile y limón. También venden huitlacoche, cervezas artesanales exclusivas de Oaxaca y chocolate rico en cacao con un toque de canela.
La gloria suprema de Oaxaca, el mezcal, es una categoría enormemente diversa y muy variada de alcohol destilado (el tequila es solo un tipo de mezcal) de la planta de maguey, un término general para las muchas especies de agave mexicano.
Descubre cientos de etiquetas locales hechas a mano por miles de destilerías de producción en lotes pequeños en el campo semidesértico en un recorrido o en uno de los muchos mezcalistas de la ciudad.
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Visita un tianguis
El tianguis, o mercado al aire libre semanal, es una tradición mexicana que se remonta a la época prehispánica. La región del valle central de Oaxaca es famosa por varios mercados importantes que continúan con la antigua tradición: Ocotlán, Zaachila y Tlacolula.
El mercado de Tlacolula ha cultivado una reputación como el tianguis más tradicionalmente intacto, culturalmente vibrante (y sin mencionar el más grande y concurrido) del país.
Todos los domingos, las comunidades indígenas de los pueblos de todo el Valle Central de Oaxaca se congregan en la bulliciosa calle principal de la ciudad para comer, beber, socializar y comprar.
Montañas de productos exóticos, ganado, cerámica tradicional zapoteca, hierbas, incienso, artesanías y artículos para el hogar se amontonan sobre mantas y mesas.
Santo Domingo
La iglesia y ex convento de Santo Domingo es uno de los edificios más impresionantes y por excelencia oaxaqueños de la ciudad.
Este establecimiento barroco con aspecto de fortaleza se eleva sobre los peatones de Alcalá. Su monumental terraza de entrada elevada está salpicada de palmeras con patas de elefante e hileras de maguey (agave) de color aguamarina.
La iglesia en sí cuenta con detalles ornamentados y una estilización opulenta en todas partes, mientras que la enorme porción del antiguo convento es un espacio expansivo de varios niveles.
Sus salas resonantes e iluminadas por el sol y sus tranquilas cámaras interiores están abiertas al aire del desierto y ofrecen una amplia vista de las montañas circundantes.
Este espacio aparentemente interminable, con sus patios soleados bordeados de fuentes y adoquines cepillados a mano, conforman el Centro Cultural Santo Domingo: el Museo de las Culturas de Oaxaca. Es una biblioteca de libros antiguos y un jardín etnobotánico.
Situados en los antiguos huertos del convento, los Jardines de Santo Domingo enfatizan el uso local y el significado cultural de cada planta.
Uno de los puntos destacados más buscados internacionalmente de Santo Domingo es su fascinante exhibición del botín de la Tumba Siete de Monte Albán. Es uno de los principales sitios arqueológicos restaurados de Oaxaca.