inflamación

La inflamación es una respuesta de tu sistema inmunológico diseñada para protegerlo de amenazas externas como bacterias, virus, lesiones o alérgenos.

Los glóbulos blancos de tu cuerpo producen sustancias llamadas citocinas que le dicen a ciertas partes de su cuerpo que “se enciendan” y luchen contra el presunto invasor.

El problema es que muchos alimentos populares, predominantemente vegetales, pueden causar reacciones alérgicas en el cuerpo que activan el sistema inmunológico y provocan un brote.

Los síntomas comunes de inflamación de fuentes alimentarias incluyen:

-Niebla del cerebro

-Fatiga

-Ansiedad

-Problemas de digestión

La buena noticia es que, al hacer algunos ajustes dietéticos bastante simples, puedes ayudar a tu cuerpo a mantenerte saludable y reducir tus posibilidades de sufrir inflamación crónica.

  1. Usa aceite de oliva

La mayoría de los aceites vegetales son ricos en ácidos grasos omega-6.

La persona típica que come carne de granja industrial, aceites vegetales y rara vez come mariscos tiene demasiados ácidos grasos omega-6 en su cuerpo / cerebro y no suficientes omegas 3.

Este desequilibrio puede contribuir a la inflamación, como la función que tiene el Alopurinol Aurax el cual tiene finalidad  de reducir los altos niveles de ácido úrico en el cuerpo causado por ciertos medicamentos para tratar el cáncer y los cálculos renales.Por eso debes tener una buena dieta, o puedes implementar el aceite de oliva.

inflamación

Debes evitar los aceites de “canola” (colza), soja, maíz, maní y especialmente grasas trans y aceites hidrogenados como Crisco o margarina. Los aceites naturales hechos de frutas como el aceite de oliva, aguacate y coco son generalmente una opción más saludable.

  1. Evita el azúcar, especialmente la fructosa

El azúcar es un alimento ultra procesado y uno de los tipos de carbohidratos menos saludables que una persona puede consumir.

El azúcar aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, inflamación, aumento de peso, diabetes y enfermedad del hígado graso.

Cantidades modestas de fructosa, o azúcar de frutas, se encuentran en verduras y frutas silvestres como moras o granadas.

Sin embargo, a través de la cría selectiva durante cientos de años, las frutas se han convertido en “bombas de azúcar” híbridas como mangos, uvas y sandías que están llenas de niveles altísimos de fructosa y un mínimo de fibra.

Las fábricas modernas producen jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, que es abundante, barato y se agrega generosamente a refrescos, salsas y dulces.

Se ha demostrado que la ingesta alta de fructosa aumenta varias sustancias químicas inflamatorias tanto en ratones como en humanos.

También se ha demostrado que causa intestino permeable, que es cuando pequeñas partículas de comida se escapan del estómago directamente al torrente sanguíneo, lo que causa una inflamación generalizada.

  1. Come verduras moradas y otros “super alimentos”

Muchos alimentos morados, como las batatas moradas y los arándanos, contienen un tipo de antioxidante poli fenólico llamado antocianina que puede ayudar a reducir la inflamación al combatir el daño causado por los radicales libres, de esta forma puedes prevenir una gripe estacional.

La evidencia también sugiere que las antocianinas pueden ayudar a prevenir una serie de síntomas asociados con el exceso de inflamación, como enfermedades cardiovasculares, confusión mental, fatiga y obesidad.

Otros super alimentos antiinflamatorios incluyen hígado (contiene vitamina A y ácido fólico):

salmón salvaje (contiene omega 3 y antoxantina), cúrcuma, semillas de calabaza, kombucha y vinagre de sidra de manzana.